Josef Svoboda, arquitecto, escenógrado e iluminador (1920-2002),
diseñó en 1993 para la ópera al
aire libre de Macerata la magistral escenografía de La Traviata.
Svoboda logra en este complejo montaje
que un único elemento defina la escenografía global: un gigantesco
espejo de límites irregulares, que refleja los telones extendidos en el suelo del
escenario como un plano horizontal; poco a poco el espejo comienza a levantarse y hacia la mitad del preludio se quedan a 45º de inclinación;
bajo ese telón inicial hay otro y luego otro en una superposición múltiple sin solución de continuidad,
siendo visibles por el público a través de
su reflejo en el espejo; al finalizar la representación el espejo se iza
hasta los 90º, devolviendole al público su propio reflejo.
Los telones flotando sobre el suelo no son
visibles por el público; lo que
el público ve en realidad de ellos es el reflejo de su imagen delimitado por la silueta irregular del
espejo. Svoboda logra manipular la imagen con la superposición de reflejos que multiplican su percepción, en un efecto escenográfico que desvela las "realidades" ocultas en nuestra mirada.
Este sutil mecanismo aplicado a la escala física de la ciudad, os puede ser de gran utilidad para la transformación y manipulación del paisaje urbano como escenografía de vuestros proyectos. Os invito a que tengáis la necesaria paciencia para ver el vídeo íntegro y poder apreciar la variablidad de la percepción que Svoboda logra en este magnífico diseño. También os he colgado una representación de hace apenas 1 año con un montaje basado en la escenografía de Svoboda
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