El modelo de Carolina, basado en el Pinart, un sutil juego de deformaciones de una superficie, abre un amplio campo de experimentación. El artista Gunther Ucker, realiza una interesante obra con simples clavos a los que pinta sus cabezas con blanco. Las sombras de los clavos, ingeniosamente dispuestos sobre una matiz, construye infinitas “sobrexposiciones”. El alto valor cinético de su obra, va mas allá de la simple deformación de una superficie.
Imaginad la maqueta de una ciudad, analizada de una forma diferente a la habitual, en la que la expresión de su volumetría se sustituye por la expresión de la ambigüedad de su trama. ¿o acaso las ciudades no se construyen con ambigüedad?
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