Taller 7-10 noviembre

Ha llegado el momento de trabajar sobre la realidad de la ciudad, pero entendida y expresada en los mismos códigos a-escalares con los que se ha trabajado hasta ahora mediante los diagramas.

Se introduce la trama o tejido de la ciudad, las relaciones físicas y virtuales, los puntos de actividad o relevancia, los datos de trabajo… El sistema utilizado en la diagramación adquiere escala y referencia física, y se le añaden nuevas capas de información referidas a datos geolocalizados. El mapa-diagrama adquiere más complejidad y se jerarquiza para trabajar con aquellas capas operativas para la toma de decisiones del proyecto y conservando aquéllas que lo estructuran.

Vuelve a ser recurrente las referencias de principio de curso a Antonioni y su uso intencionado del color, la ambigüedad de Chejov. Se habló de la ciudad de capas, de la estantería como desorden dentro del orden.

En esta fase del proceso pueden ser más operativas las referencias a escritos y pensamientos de arquitectos que a sus propias obras, como por ejemplo los Escritos de Toyo Ito refiriéndose a la Mediateca de Sendai o a la Torre del Viento en Yokohama, más que a la obra construida.

Las referencias gráficas son operativas en la medida que se estudia, o incluso, sin miedo, se copia un sistema. Este sistema, flexible y adaptable a los condicionantes del contexto y del proyecto, va a responder a ellos y por tanto, dicha copia no se traduce en calco sino en referencia.

En este contexto hay dos artículos de la Revista EL Croquis 96-97 “En proceso. Fin de Siglo” titulados [El]informe de Luis Rojo y Corchos Inoportunos de Federico Soriano, que hacen reflexiones sobre la ciudad entendida por sus relaciones, sus ambigüedades o sus sistemas, y sobre los inicios de un proyecto respectivamente. El segundo artículo estructura su argumento en torno a Chejov, referente también para un arquitecto como Federico Soriano.